lunes, 4 de julio de 2011

La Pita


NOMBRE CIENTÍFICO: Agave americana
FAMILIA: AGAVÁCEAE
NOMBRE COMÚN: Pita
FLORECE: VI–VIII.
HÁBITAT: Vegetación ruderal y viaria y matorrales nitrófilos
DISTRIBUCIÓN: De forma natural en México. Muy extendida en toda Andalucía.
OBSERVACIONES: En Andalucía es muy frecuente. Florece una sola vez en su vida (muere tras esta floración (monocárpico), después de dejar una copiosa descendencia en hijuelos. Se utilizó en España para hacer cuerdas y tejidos bastos y para lavar la ropa negra. Sus hojas se utilizan como alimento de ganado. Se sigue utilizando para cercar propiedades. En Almeria se usa para hacer escaleras. Especie vegetal invasora procedente de América Central (Este de México), introducida por lo exploradores españoles como ornamental y curiosidad botánica, después como planta textil para fibras bastas, e incluso con usos de cerco vivos y en construcción de techumbres temporales. Los pitones soportan los techos de arcilla y su parte más ancha se utilizan para construir bongos musicales. 

Desde la época más antigua de la humanidad, la pita tiene una gran importancia económica para la población mejicana. Suministra la materia prima para el famoso Tequila, sirve como suministradora de fibras para la alimentación, jabón y mucho más. Desde México, estas plantas se extendieron por todo el mundo a partir del siglo XVI. Desde entonces, en Europa, se han aclimatado básicamente al litoral mediterráneo, donde marcan la imagen del paisaje. Junto al agave Sisalana, en el sur de España, el agave americana es el más extendido. Esa especie es la que Timbe Drums utiliza para la fabricación de sus tambores artesanales. Timbe Drums se ha especializado en el aprovechamiento y la elaboración de la madera de pita, desde 1993. El año pasado celebraron su 10º aniversario en la fabricación de tambores. Desde el comienzo, desde aquel primer tambor hecho de madera de pita, esta madera sigue ocupando el centro de su trabajo artesanal que hoy se extiende a lámparas, cofres, macetas, etc.... Este texto es un resumen de informaciones sobre el aprovechamiento de pitas y el gran provecho ecológico de su madera. En la época de la industrialización, se olvida cada día más ese aprovechamiento múltiple. 


LA PITA Y SU MADERA 

Las pitas o agaves (o magueys en México) son plantas que se caracterizan por sus hojas gruesas y carnosas y suelen emitir raíces largas para absorber la mayor cantidad posible de agua. Estas plantas suculentas, con casi 500 variedades, propias de zonas con poca lluvia, almacenan cantidades considerables de agua en sus hojas. Sus rizomas originan plantas nuevas y se reproduce también a partir de semillas, bulbos o raíces subterráneas. Dependiendo de la especie, el tallo de la flor alcanza hasta 12 metros de altura. El proceso de floración termina con la vida de la planta, entre los 7 y los 30 años de edad. Ese tallo crece aproximadamente 1 metro en una semana. Después de la floración echa semillas y empieza a secarse. 

La madera se recolecta después de su proceso de reproducción y ¡una vez seca y absolutamente muerta!. A pesar de ello no se puede cosechar dentro del territorio del Parque Natural, donde está protegida. 

La madera tiene una riqueza del colorido, una presencia exótica y un peso muy ligero. La fabricación de tambores fascina por la forma y utilidad casi perfecta que tiene como cuerpo de sonido en piezas únicas.

Desde el aspecto ecológico, el aprovechamiento de la madera de pita es símbolo del respeto al medio ambiente y las reservas de nuestro planeta, generando nueva vida a partir de “madera muerta”. Mientras la deforestación continúa sin cesar, ese aprovechamiento por lo menos es una pequeña contribución, buscando salidas a la crisis universal ambiental, que ¡cada día se hace más real!

SUMINISTRADORA DE FIBRA

La pita (A. Sisalana) es, como el cáñamo, el algodón y el coco, uno de los abastecedores de fibras más importantes. Las fibras obtenidas de sisal son de varias calidades, tienen una textura dura y de diferentes longitudes. Estas fibras son de color blanco, o blanco amarillento, resistentes al agua, suaves y ligeras de peso, a pesar de su resistencia.

El origen del cultivo de pitas para la extracción de fibra se sitúa en la península mejicana de Yucatán. Desde el pueblo portuario “Sisal”, las fibras se distribuyeron por todo el mundo. En la actualidad Brasil es líder en la exportación de sisal con una producción de más de 55.000 TN al año incluso por delante de Kenia. 

En condiciones climáticas buenas se empieza a cosechar a partir de los 3 años. Las fibras se obtienen de las hojas carnosas, se lavan y se dejan secar al sol. El tejido de la planta se elimina mediante proceso de magullado, raspado y lavado. El 95 % son “residuos” utilizables como pienso y abono o seco como combustible.

Las fibras, de más de 90 cm de longitud, se emplean en cordelería y soguería (cordaje, bramante, etc.), lonas, lonas impermeables y toldos. Además se usa para la fabricación de ropa, sacos, redes, esteras y cestas. Otra variedad de fibra, el Tampico, se utiliza para fabricar cepillos y pinceles, acolchados, materia prima de papel y tableros para la construcción, ya que tiene unos filamentos mucho más cortos y rectos.

ALIMENTACIÓN Y DEGUSTACIÓN

La población mejicana emplea las pitas desde la época de los mayas, a quienes les fue de gran utilidad, hasta nuestros días como un alimento nutritivo. Sobre todo aprovechan las hojas carnosas, el jugo (la savia) y el tallo. Una de las razones decisivas para la utilización de la pita como alimento es su contenido alto en azúcar, que se consigue tras la cocción para facilitar la digestión.

El grano de la pita, parecido a una piña gigantesca, se descubre al cortarle las hojas. Tiene, como la yema, el más alto contenido en azúcar y por eso es apreciado como pienso para los animales. Los aborígenes mejicanos cocinan los capullos y las hojas de la pita, que se mastican hasta dejar las fibras. Con la papilla de las plantas se hacen pasteles y los pétalos de algunas especies se cocinan con huevos. Si extraemos la savia de pita encontraremos un alto contenido en fructosa y hasta un 90 % de hidratos de carbono. Comparado con el azúcar de caña y de remolacha azucarera, la savia es un 20 % más dulce, convirtiéndose así en un alimento apto para diabéticos. En herboristerías se distribuye la savia de pita. 

Con la savia de algunas especies se elaboran bebidas. En México, la savia del agave americana, denominada aguamiel, se deja fermentar entre 3 y 4 semanas para obtener una bebida alcohólica llamada pulque. También se conoce como vino (o cerveza) del agave. La graduación alcohólica es de un 3 ó 4 %. Para obtener aguamiel se escogen pitas que tengan entre 20 y 25 años de edad. De una pita grande se puede obtener una cantidad de 4 y 8 litros de jugo azucarado al día (hasta 100 litros de cada planta). En México se consumen más de 400 millones de litros al año.

El Tequila, licor o aguardiente originario de México, es una bebida muy conocida que se elabora con una variedad de maguey del género Agave (A. Tequilana) y que se consume en todo el mundo. Para México, que produce 200 millones de litros al año, es uno de los productos más exportados. La destilación de aguardiente fue introducida por los europeos. En el pueblecito “Tequila” se destiló el primer aguardiente de agave en el año 1621. La pureza del tequila se controla por el Consejo Regulador de Tequila (CRT). La etiqueta lleva entonces la indicación de 100% agave. La Ley internacional tolera que otras marcas, de calidad muy inferior a la del original, se llamen tequila si contiene al menos un 51% de agave. En Alemania, por ejemplo, se comercializan sólo un 2 % de las marcas auténticas. En México D.F. hay bares especializados para amantes de este producto, donde se ofrecen no menos de 250 variedades de tequila. Otra de las variedades de licor es el mezcal. 

MÁS UTILIDAD

Las raíces de algunas especies producen una pulpa que al mojarse se transforma en una espuma que se emplea como jabón. Estas plantas jabonosas se llaman amoles. Los aborígenes de México utilizaban esta emulsión para lavar el pelo y la ropa. 
Los tallos resecos, como para la fabricación de instrumentos musicales, se utilizan también para andamios y vigas en la construcción. Separando las espinas junto con una fibra, se utiliza como “combinación de hilo y aguja” para coser. Otros hacen de las espinas armas. Las pitas se colocan, como otras plantas crasas o suculentas, para hacer seto vivo o para limitar parques y jardines en las ciudades.

Las pitas se utilizan también como plantas medicinales. Se dice que el jugo (la savia) de las hojas y las raíces tiene efectos curativos. El curandero Kneipp utilizaba con éxito las pitas para su tratamiento terapéutico. La savia extraída de las plantas es buena contra la tos ferina. Los polvos de la pita se dan en dosis pequeñas contra la ictericia, dolencias estomacales, hepáticas, el reúma y cuando se padece de amenorrea. Las hojas machacadas remedian las heridas y quemaduras leves.


domingo, 19 de diciembre de 2010

TORRE DE LA VELA BLANCA




Esta torre está situada en el promontorio de la Vela Blanca, lugar perfecto para la vigilancia de la costa tanto a levante como a poniente y que constituye la auténtica esquina sureste del mapa de la península Ibérica.

Ya se tiene noticia de la existencia de una torre en este lugar en textos del siglo XII, pero es posible que la torre desapareciera sin dejar rastro.

Al parecer entre tanto se hizo otra torre que también fue derribada por los corsarios moros poco después de su construcción.

La misma torre volvió a levantarse en 1593, pero sólo duró hasta mediados del siglo XVII, quedando arruinada con anterioridad al terremoto del 31 de diciembre de 1658. Hacía 1720 se utilizaba el promontorio para vigilancia, pero como la torre estaba arruinada los vigías se refugiaban en una cueva cercana.

En 1733, Felipe Crame habla de la necesidad de rehabilitar esta torre y comenta que en sus inmediaciones está el “tesoro del Cabo de Gata”. Se refiere a una cueva que las leyendas populares suponen llena de piedras preciosas, y que nunca ha aparecido. No estaría mal encontrarla para sumar un tesoro más al que ya supone este Parque Natural. No se acometería la construcción de la nueva torre hasta 1767, junto con la de Cala Higuera. Debido a su alta ubicación y la dificultad de su acceso, se cambió parte de la cantería por ladrillo. Las dos torres fueron financiadas por el Contador de la Isla de Santo Domingo, a cambio de un destino para su hijo en las tropas reales destacadas en aquella isla.

A mediados del siglo XIX se encontraba en buen estado y fue traspasada al cuerpo de Carabineros para vigilancia de la costa; después pasaría en 1941 a depender de la Guardia Civil. Hacía 1960, la torre fue vendida a un particular que la habilitó como vivienda. En 1987 quedó dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Nijar, pero no fue incluida en el decreto de 1994 para su protección, no sabemos por qué causa. Por suerte, su estado actual de conservación es bueno.

Hoy he conocido al particular que lleva más de 40 años viviendo allí, y he visto en su cara que es el lugar perfecto para el descanso del guerrero...



miércoles, 30 de mayo de 2007

Rutas a pie

Ruta de Cabo de Gata a Aguamarga

En este recorrido se muestran algunos de los lugares más emblemáticos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, tanto costeros como de interior, que harán las delicias de los amantes de la tranquilidad y la naturaleza.Arropada por la Sierra de Cabo de Gata, se enclava la barriada de San José, que toma su nombre de una antigua batería costera, hoy desaparecida. Perfecta para la práctica de deportes náuticos, cuenta con Puerto Deportivo y todo tipo de servicios turísticos, conservando el carácter apacible de las poblaciones del entorno.Más al sur se extienden las playas de Media Luna, Mónsul y Barronal. Quizás la playa de Mónsul sintetice mejor que ninguna otra la esencia de esta costa, con sus dunas móviles, calas de fina arena entre paredes volcánicas y el tómbolo, conocido como La Peineta, presidiendo el paisaje. Otro rincón de gran belleza es la bahía de Genoveses, así llamada por la flota genovesa que participó en el asalto cristiano de Almería en 1147; en primavera aparece cuajada de amapolas, como si de un lienzo se tratara.De camino a Los Escullos, en la pedanía de El Pozo de los Frailes se recomienda la visita a la antigua noria rehabilitada. De nuevo en el litoral, el núcleo pesquero y turístico de Los Escullos se inserta en un hermoso paisaje de acantilados y curiosas formaciones causadas por la erosión, con el castillo de San Felipe sobre una duna fosilizada. Desde aquí se accede a La Isleta del Moro, pintoresca barriada pesquera desde cuyo mirador se divisa una preciosa panorámica.La ruta prosigue en La Isleta del Moro, donde aún es posible vivir el ambiente de un típico poblado marinero, contemplar a los pescadores recién llegados del mar, remendando sus redes, y las fachadas de las casas adornadas con el pescado y el pulpo colgados al sol para secar. Según la tradición, la playa del Peñón Blanco toma su nombre de un peñón desde donde las mujeres despedían a los hombres al hacerse a la mar.

Y de la mar a la antigua población minera de Rodalquilar, conocida por sus explotaciones de oro, en funcionamiento hasta los años sesenta. El poblado minero y la zona industrial dan a conocer el pasado minero de la zona, además de estar en vías de convertirse en el corazón administrativo del Parque Natural.Siguiendo el camino de Las Negras, a la derecha aparece una pista que lleva hasta El Playazo, una de las playas más extensas de la zona. La Batería del s. XVI nos habla del esplendor de otros tiempos, al igual que el castillo de San Ramón, del siglo XVIII, erigido sobre una duna fósil.Desde el pueblo pesquero de Las Negras se puede realizar una excursión a pie a Cala San Pedro, hermosa ensenada coronada por un Castillo, con un manantial de agua dulce. Por carretera se llega al último destino de este recorrido, Aguamarga, población turística ideal para pasar unas tranquilas vacaciones y disfrutar de su playa, reconocida con la Bandera Azul. Accesibles a pie son la Playa del Plomo y Cala En Medio.


Ruta de Almería a Cabo de Gata

Partiendo de Almería, desde Retamar hasta el faro de Cabo de Gata, se extiende la parte más occidental del ParqueNatural Cabo de Gata-Níjar, espacio protegido de gran valor ecológico situado a tan sólo un paso de la capital almeriense.Junto a Retamar, una de las 19 playas de la pro-vincia que disfrutan de Bandera Azul en la tempora-da 2002, se encuentra la ermita de Torre García, donde se celebra la popular romería que protagoniza la Virgen del Mar, patrona de Almería. A modo de mirador, la torre vigía de Torre García ofrece unas magníficas vistas de la costa; a sus pies se conser-van los restos de una antigua factoría romana de salazones, muestra del anti-guo poblamiento de la zona.Para una mejor comprensión del Parque Natural se recomienda la visita al Centro de Visitantes de Las Amoladeras, donde de manera amena y didáctica se dan a conocer las principales características del Parque y se proporciona información, documentación y cartografía de la zona. Nos encontramos en la Reserva Las Marinas-Amoladeras, lla-nura costera donde crecen los azufaifos, matorrales espinosos quealbergan una rica fauna; muy cerca se encuentra la estepa litoral catalogada como reserva integral de aves esteparias.La pedanía de San Miguel de Cabo de Gata, donde se sigue practicando la pesca arte-sanal, nos habla de los orígenes de las poblaciones del Parque Natural, núcleos pesqueros que surgieron a partir del siglo XVIII al amparo de fortificaciones costeras como el cercano Torreón edificado en tiem-pos de Fernando VI. Sus más de siete kilómetros de costa constituyen la playa más extensa del Parque, parale-la a otro valioso espacio natural: las Salinas de Cabo de Gata. Estas albuferas naturales que ya fueron explotadas por fenicios y romanos hoy continúan activas, conviviendo con una reserva natural de aves limícolas que acoge más de cien especies a lo largo del año, como el flamenco rosado, que en agosto supera los dos mil ejemplares, el chorlite, la avoceta, el correlimos, la cigüeñuela...

Todo un ejemplo de cómo una industria, la salinera, puede colaborar en una reserva ecológica. En el poblado salinero se contempla la hermosa estampa de la iglesia con los montones de sal y el azul intenso del mar como telón de fondo, una imagensin duda inolvidable.
Antes de llegar al Faro de Cabo de Gata se encuentra la pequeña población de La Almadraba de Monteleva, cuyo nombre deriva del arte de pesca empleado antaño en su costa para capturar atunes en sus migraciones, la pesca de almadraba.Muy cerca, el Faro de Cabo de Gata nos indica el punto más suboriental de la Península Ibérica, desde donde la panorámica es incomparable, divisándose acantilados, calas y el Golfo de Almería en toda su amplitud. Cuentan que los navegantes de anta ño confundían los gritos de las numerosas focas monje que poblaban esta zona con misteriosos cantos de sirenas, de ahí el nombre de tan bello paraje: Arrecife de las Sirenas. Uno de los rincones más hermosos del Parque Natural, donde se puede sen-tir la inmensidad de la naturaleza.Aquí culmina este recorrido por el poniente del ParqueNatural Cabo de Gata-Níjar. Estampas que quedarán gra-badas en la retina de todos aquellos que se acerquen a sus playas y parajes, donde la naturaleza y el mar se funden en un abrazo al amparo de un cielo azul que parece brillar con más intensidad que en ningún otro lugar. Un paraíso por descubrir al alcance de la mano.

Ruta por los campos de Níjar

Níjar, la “tierra blanca” de la que habló Ibn al-Jatib en tiempos de Al-Andalus y que inspiró a Goytisolo para su obra Campos de Níjar (1960). Un paseo por el lugar donde el sol se muestra más luminoso, por un pueblo que ha conservado casi intacta su impronta musulmana.Cerca de la capital almeriense, al pie de Sierra Alhamilla, se sitúa Níjar. De fácil acceso por autovía, este pintoresco pueblo donde la artesanía sigue siendo un medio de vida sorprende por su peculiar fisonomía, con sus intrincadas calles estrechas y casas encaladas, formando un atractivo conjunto coronado por la iglesia mudéjar. El ambiente colorista y animado se conjuga con la belleza de la población, haciendo de Níjar una visita inolvidable.Es interesante la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, templo del siglo XVI en cuyo interior se conserva un espléndido artesonado mudéjar y una imagen de la Inmaculada atribuida al escultor Alonso Cano. La torre, también mudéjar, está decorada con un águila bicéfala de tiempos de Carlos I.El visitante no puede dejar de adquirir algún producto artesanal de la zona. Las alegres jarapas, objetos de esparto o la cerámica, de raíces ancestrales, son los productos más típicos de Níjar, elaborados con mimo por los hombres y mujeres del pueblo.Puede visitarse la cercana aldea de Huebro, en Sierra Alhamilla, desde donde se domina el Campo de Níjar en toda su amplitud. En la ermita de Huebro se celebra la romería en honor a la Virgen del Rosario, mientras que los restos de una fortaleza musulmana evocan la lejana presencia islámica, una época en la que Níjar parece haberse detenido.Muy cerca de esta localidad se encuentran el Paraje Natural Sierra Alhamilla y el Paraje Natural del Desierto de Tabernas, donde puede apreciarse el enorme contraste paisajístico entre los bosques que crecen en la sierra y la aridez del desierto.Parajes que complementan esta ruta por los Campos de Níjar, una tierra antaño dura que el hombre ha transformado en fértiles terrenos de cultivo, haciendo de ella un gran vergel asomado al Mediterráneo. Níjar, la “tierra blanca” de la que habló Ibn al-Jatib en tiempos de Al-Andalus y que inspiró a Goytisolo para su obra Campos de Níjar (1960). Un paseo por el lugar donde el sol se muestra más luminoso, por un pueblo que ha conservado casi intacta su impronta musulmana.

Cerca de la capital almeriense, al pie de Sierra Alhamilla, se sitúa Níjar. De fácil acceso por autovía, este pintoresco pueblo donde la artesanía sigue siendo un medio de vida sorprende por su peculiar fisonomía, con sus intrincadas calles estrechas y casas encaladas, formando un atractivo conjunto coronado por la iglesia mudéjar. El ambiente colorista y animado se conjuga con la belleza de la población, haciendo de Níjar una visita inolvidable.Es interesante la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, templo del siglo XVI en cuyo interior se conserva un espléndido artesonado mudéjar y una imagen de la Inmaculada atribuida al escultor Alonso Cano. La torre, también mudéjar, está decorada con un águila bicéfala de tiempos de Carlos I.El visitante no puede dejar de adquirir algún producto artesanal de la zona. Las alegres jarapas, objetos de esparto o la cerámica, de raíces ancestrales, son los productos más típicos de Níjar, elaborados con mimo por los hombres y mujeres del pueblo.Puede visitarse la cercana aldea de Huebro, en Sierra Alhamilla, desde donde se domina el Campo de Níjar en toda su amplitud. En la ermita de Huebro se celebra la romería en honor a la Virgen del Rosario, mientras que los restos de una fortaleza musulmana evocan la lejana presencia islámica, una época en la que Níjar parece haberse detenido.Muy cerca de esta localidad se encuentran el Paraje Natural Sierra Alhamilla y el Paraje Natural del Desierto de Tabernas, donde puede apreciarse el enorme contraste paisajístico entre los bosques que crecen en la sierra y la aridez del desierto.Parajes que complementan esta ruta por los Campos de Níjar, una tierra antaño dura que el hombre ha transformado en fértiles terrenos de cultivo, haciendo de ella un gran vergel asomado al Mediterráneo.


lunes, 21 de mayo de 2007

Cabo de Gata, de todos...

Creado en 1987, el primer Parque Natural marítimo-terrestre de Andalucía incluye una de las franjas costeras de mayor belleza del Mediterráneo. En Cabo de Gata se puede admirar un tramo de litoral jalonado por acantilados, calas pequeñas y solitarias, extensas playas e incluso arrecifes. Las condiciones climáticas de sequedad de Cabo de Gata son semejantes a las que existen en extensos territorios de Africa del Norte o de Oriente Medio, lo que identifica este lugar como el enclave más árido de la Europa Occidental. A pesar de ello y de su aparente aspecto desértico encierra formas de vida animal y vegetal muy peculiares, que han logrado adaptarse a extremas condiciones de aridez.

El Parque Natural Cabo de Gata-Níjar es uno de los espacios naturales más áridos de toda Europa. Debido a sus condiciones climáticas, su posición geográfica y su origen geológico, habitan en el parque especies, tanto de flora como de fauna, realmente singulares y perfectamente adaptadas al medio.


Es el único espacio natural protegido de Andalucía marítimo-terrestre, en su superficie está incluida una milla marítima entorno a su costa, que supone 12.200 ha de medio marino protegidas. Contiene tres términos municipales dentro de sus límites, con una población superior a los 100.000 habitantes.

Posee áreas montañosas de origen volcánico, a veces tan próximas a la costa que forma acantilados de gran espectacularidad entre playas de blancas arenas. Los nombres que reciben muchas de ellas son reflejo de la multitud de hechos históricos que han acontecido en el devenir de los siglos: La Playa de los Muertos, de los Genoveses, ...

Valores naturales y culturales

Vegetación: Se puede encontrar la bufalaga marina, aulaga morisca, lentisco, acebuche, esparragueras, esparto y espino. Hay una importante población de palma enana o palmitos.Fauna: Gran variedad de fauna: el lagarto ocelado, la víbora hocicuda, el erizo moruno, el águila perdicera, el mochuelo común, el zorro. Dentro de la avifauna podemos encontrar: flamenco rosado, gaviota reidora y patiamarilla o el alcatraz común. En el ámbito marino se encuentran salmonetes de roca, pulpos, estrellas de mar, erizos de mar, posidonias y cistoseiras.


Cultura: Se encuentran los recursos arqueológicos del neolítico, de la edad de Cobre y los restos de la cultura romana cerca de las proximidades de Torregarcía. Molinos de viento, las norias de sangre, los pozos de agua, los aljibes, las cortijadas, etc. Torres Vigía (como las de Cala Higuera o El Rayo), castillos y fortalezas (los más destacados serían los de San Felipe, San Ramón, la Batría y el de San Andrés). Por otra parte, también merecen una visita los interesantes restos de arqueología industrial, como el poblado minero de Rodalquilar, los restos del cargadero de hierro y los lavaderos de la antigua explotación aurífera en Aguamarga.